
Un Caballo Grande
“Se dice caballo grande aquel pícher que supera 95 millas al home, con un promedio de carreras limpias menor a 2.0; o aquel jugador que de diez lanzamientos conecta tres de hit; estos ganan lo que quieren en Ligas mayores”
Era la 1.30 de la tarde de un día del mes de agosto de 1988, frente a las playas de la Bahía de Puerto Vallarta en la casa del presidente del Grupo Financiero Operadora de Bolsa, platicaban cerca de la piscina; el Sr. Pepe Cernicchiaro Maimone, Luis Ángel Casas Arellano y Domingo Muguira Revuelta.
Caía el sol ardientemente, que se promediaba con la brisa que venía del mar; el tema era económico, las posibilidades de inversión, de la industria azucarera y los segmentos propicios para el negocio.
Previamente funcionarios de Operadora de Bolsa habían visitado a Domingo en las instalaciones de Sanroke, en la zona industrial de Córdoba donde le hicieron la invitación a este reunión, a la cual asistiría el Presidente del Consejo Regional Don Pepe Cernicchiaro y se posibilitaría platicar del tema azucarero con una de los iconos de la Industria; Don Enrique Molina Sobrino, propietario del grupo Escorpión y accionista mayoritario del grupo PepsiCo Gemex de México y de los hoteles Carlton de México.
Ese día platicaron nadaron y comieron en la casa playa y por la tarde visitaron en una de las bahías a el Sr. Molina Sobrino y a su cónyuge Angélica Chain, quien los invito a dar una travesía en su yate. El día termino con una cena, donde Domingo se comunicó con esa facilidad que tenía para establecer una relación de aceptación y de buen humor.
Fue amigo de Don Pepe hasta su muerte en años pasados y lo fue hasta hace poco de Luis Ángel Casas y con Molina Sobrino, hizo negocios (Muguira era propietario del ingenio Pujiltic), destacando este en la plática ¡Domingo tiene el don del encantador de serpientes!; “Nunca cae mal”.
Esa es una muestra de Domingo, pero quien era él; se dice con simplicidad “Un emprendedor, un creativo, empresario nato, además de un amigo de verdad o bien de un enemigo de a de veras”.
Formo parte de una familia de 12 hermanos; tres hombres y siete mujeres, con dos hermanos muertos, sus padres Manuel Muguira y Felicia Revuelta, españoles de Laredo Cantabria y de Ramales de la Victoria.
A Domingo lo conocí en los años ochenta como ejecutivo de finanzas, como funcionario público a principios de siglo y después de 2011 como amigo, siempre fue el mismo, caballeroso, dispuesto, siempre con amplias manifestaciones de afecto.
Su plática versaba en lo positivo, hablaba de sus grandes amigos, políticos, religiosos, empresarios y se refería a Chiapas como su segundo hogar, decía que había dejado entrañables amistades.
Me hablo de grandes chiapanecos como Jorge De la Vega Domínguez, Salomo González Blanco, de los Sabines, Gutiérrez y Guerrero, hasta del Dr. Velasco Suarez.
Me presumía que él había sido funcionario público, que estuvo al frente del Fonapas Chiapas, puesto que ejerció muchos años, aun en sus tiempos difíciles, alguna vez le oí comentar como había adquirido la finca “La Esperanza” su casa durante algunos años y ahora un fraccionamiento residencial de Tuxtla Gutiérrez.
La amistad con dos obispos habla bien de su consenso y lo digo así por las características de ellos tan disímbolas: Don Samuel Ruiz y Onésimo Cepeda, uno de San Cristóbal de las Casas y el otro de Ecatepec; el primero con rasgos socialistas y el segundo miembro del alto episcopado mexicano.
Hombre de mundo; amigo personal de Adolfo Suarez Primer jefe de Gobierno Español durante la transición, lo fue hasta el fallecimiento de este; también cultivo la amistad de Ramón Mendoza, Lorenzo Sanz y Jesús Gil, presidentes del Real Madrid y del Atlético de Madrid, también lo fue de Juan José Hidalgo dueño de una de las agencias de viaje más grande de Europa “Halcón” y de la línea aérea Air Europa: Juan José Hidalgo.
Pero sin lugar a dudas su mejor amigo y hermano lo fue Antonio Ascencio Bizarro, notable empresario español.
Lo más importante es que para Domingo a todos sus amigos les expresaba siempre su amistad y efecto, también tenía esa consideración para aquellos que trabajaban para él, no obstante, el lugar que ocupaban.
Su gran pasión fue el Golf y el domino, este último lo jugo los últimos días de su muerte.
El deporte del bastón lo practicaba, para el jugarlo sin apuesta no tenía sentido; por eso formo un forson de muchos amigos, algunos los conoció en Córdoba o bien en Club Campestre, amén de sus sobrinos y familiares a los cuales integraba.
Daré detalles de esta forma de jugarlo:
Formaba dos grupos de cuatro; ponía una bolsa de $ 3,500.00, para el primer lugar $ 2,000.00, para el segundo $ 1,000.00 y para el tercero $ 500.00, los clasificaba, buenos, regulares y aprendices.
Era a jugar una vuelta de 9 Hoyos y si la luz lo permitía de dos, el no cruzaba apuestas, era el juez y no se podía hacer trampa, para ello llevaba a dos apoyos, Al “Tate” (Su caddy de siempre” )y a Rodolfo (utility de Domingo), quien incurría en falta era expulsado hasta que el aceptara, se practicaba sábados y domingos, el principal jefe de integración lo fue Don Jorge Díaz Mirón que e.p.d.
Así mismo asignaba una cuota especifica de equis pesos suficientes para que se pagara la comida cada quien en el club, si rebasaba esa cantidad lo ponía el infractor y no se le consideraba en la próxima comida; generalmente él ordenaba al club o un restaurante foráneo diese la comida.
En los últimos años ya no tomo, su bebida favorita era el jaibol con wisky JB, le gustaba cantar siempre que podía pedía que cantara Rutilo, su músico favorito “El Colacho”, sus más apasionadas canciones lo fueron “Al final” y “16 toneladas”.
Este era el foursome que acompaño a ese gran amigo:
Francisco Molina García, Rutilo Molina García, Domingo Muguira Marenco, Demetrio Arandia Muguira, Gabriel Bobadilla Muguira, Manuel Muguira revuelta, Manuel Muguira Jr., Jesús Rodríguez Ortiz, Adrián Colinas, Ramón Domínguez Fernández, Víctor Manuel Perroni, José Betancourt, Juan Carlos Arandia Muguira, Israel Rodríguez Aguilar, y su querido compadre: Jorge Díaz Mirón Benites.
Así era y lo fue hasta su muerte:
Antes de morir a muchos de los que le auxiliaron en el hospital Covadonga; como camilleros, enfermeras, asistentes, doctores, les regalo sobres que contenían billetes en forma generosa y hasta objetos de mayor valor.
Ese era un Caballo Grande, empezó de cero, ($150,00); creo riqueza, fundo empresas, fomento fuentes de trabajo, disfruto la vida a lo grande, lo mismo Puerto Vanus, que Montecarlo con su primo Rainiero hasta las Vegas donde siempre le dieron créditos generosos, hasta la finca “La Victoria” en Chiapas.
En Córdoba será difícil que haya otra gente igual, seguramente esta reunido con todos sus amigos, que le antecedieron, podemos contar a Toño Ascencio, Adolfo Suarez, Jesús Gil, Jorge Díaz Mirón, Emilio Bueno y seguramente le atiende el “Tate” y lo recibió el “Colacho” con “A mi Manera”.
Descanse en paz el Tío Mingo.
“El ÚLTIMO JUEGO”
“DOMINGO MUGUIRA” “FRANCISCO RINCÓN” “TOMAS LÓPEZ” Y “JUAN YUNES”